En el período 1990 - 2009, emigramos 2'038,107 peruanos y peruanas, de las que el 50,4% fuimos mujeres.
La Feminización de la migración no sólo se refiere al aumento de los volúmenes de mujeres migrantes, sino a los nuevos espacios y roles que las mujeres asumimos en los países de destino y en nuestros países de origen.
"Las mujeres migrantes han logrado, mediante los procesos migratorios, un empoderamiento y autonomía en las diferentes esferas: sociales, económicas, e incluso afectivas..." (Defensoría del Pueblo del Perú).
En el período de 1990 al 2009, el total de remesas que llegaron al Perú fue de 18,792 millones de dólares (Según OIM Perú Remesas y Desarrollo. Lima 2010), que sirvió para complementar los ingresos de las familias peruanas y cubrir las necesidades básicas. Las remesas enviadas por los peruanos y peruanas desde el exterior, han contribuído a reducir la pobreza.
Según lo informado por el INEI (Instituto Nacional de estadística e Informática) se ha verificado que existe una evolución ascendente de retornantes. Así, entre el 2003-2005 llegaron 32,240 personas; entre el 2006 - 2008 retornaron 58,992 y entre el 2009-2011, la escalofriante cifra de 104,705 personas.
Cada vez más apremia la presencia del Estado en la formulación de políticas públicas integrales para atender a las poblaciones de retornantes y la necesidad de agendar la problemática de las mujeres y hombres residentes en los países de destino. Existen iniciativas de otros países que se podrían tener en cuenta, como es el caso de la Secretaría Nacional del Migrante en España para la población ecuatoriana.
Actualmente en Perú existen diferentes estrategias estatales para el autoempleo y la revalorización de oficios con estudios adquiridos en el exterior, pero siguen siendo insuficientes, para una creciente población que sigue retornando y que vienen de distintas trayectorias laborales que no encuentran un equivalente peruano, quedando en estado de desprotección y desventaja en el mercado laboral.
A ésto se suma la desprotección sanitaria vinculada a la reintegración laboral, la dificultad en el acceso a una vivienda digna por falta de historial crediticio en el país, la dificultad de la reintegración social por la mirada estigmatizada de lo que es ser migrante, amén del síndrome de Ulises, que es el stress crónico provocado por la añoranza y el abandono del lugar y la red de amistades, que ya forman parte de una historia personal.
Liliana Saldaña.
Bibliografía
Informe Alternativo al séptimo y octavo Informe Combinado
del Estado Peruano al Comité de la CEDAW- Flora Tristán- Lima, Diciembre del
2011
